Es un plato sabroso, apto para toda la familia y barato. Además, combina con gambas, calabaza o espinacas, si quieres innovar, aunque esta es la receta clásica del risotto. Se trata de una de las elaboraciones estrella dentro de la gran variedad de opciones que ofrece el mundo de los arroces. Sigue estas instrucciones y ¡a triunfar tras los fogones!
Ingredientes (para dos personas):
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120 gramos de arroz
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80 gramos de champiñones
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4 dientes de ajo
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1 cebolla mediana
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2 cucharadas de mantequilla con sal
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150 mililitros de vino blanco
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2 cucharadas de aceite de oliva
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1/4 de litro de caldo de verduras o pollo
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1/4 de taza de queso parmesano
Preparación:
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Picar los ajos y la cebolla en trozos pequeños. A continuación, añadiremos cucharadas de mantequilla y aceite en una olla profunda pero fácil de manejar. Deja derretir la mantequilla y calienta bien el aceite bien hasta que esté burbujeando.
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Cuando esté así, tendrás que añadir las cebollas y el ajo y cocinar por 10 minutos a fuego muy bajo hasta que las cebollas se vean transparentes. Después, coge el arroz y ponlo a saltear con las cebollas. Sube el fuego y haz que el arroz tueste un poco.
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Cuando esté ligeramente tostado y a fuego alto, busca el vino, que es como media taza de las normales de tomar café y ponlo en la olla. Deja que hierva y no te separes del arroz. Mientras esté a fuego alto va a evaporar el licor y también absorberá rápido el líquido. Añade también los champiñones y salpimentamos.
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Ahora es momento de añadir caldo. Bajamos el fuego al arroz primero. Al lado debemos tener una olla con caldo hecho por ti o usando un cubito o pastilla de enriquecedor. Lo que importa es que no esté demasiado concentrado y que esté hirviendo al lado, listo para ser usado, con un cucharón. Así que añade un cucharón de caldo hirviendo al arroz, baja el fuego. No te separes del arroz, remueve de vez en cuando y deja que absorba el caldo. Repite esto hasta que se te consuma el caldo.
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Una vez apagado el fuego agrega el resto de la mantequilla y el queso parmesano. Mezcla bien, deja que derrita y prueba. No toques más el risotto, tapa y deja descansar 4-5 minutos. Cuando pase el tiempo de reposo, la mantequilla y el queso y el hecho de tapar y bajar la temperatura lo pondrá más espeso. Sirve con más queso por encima y disfruta de un risotto fácil y delicioso.