El gusto de una amplia mayoría de la humanidad por el chocolate es difícilmente rebatible. Como me gusta jugar con el viento a favor y sé que no me vas a decepcionar, te traigo una receta sencilla de coulant para continuar con la “hegemonía chocolatera” hasta que alguien ose discutir para volver a perder. Prepárate para una explosión de sabor con la que ganarás doble felicidad: por tener razón y por triunfar en la mesa.
Ingredientes:
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Media taza de mantequilla
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4 onzas de chocolate negro
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Media onza de cacao puro en polvo
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3 huevos
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1/4 de taza de azúcar
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2 cucharadas de harina
Preparación:
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Bate en un bol los huevos con el azúcar hasta que estén bien mezclados.
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Derrite el choclate, ya sea en la cazuela o en el microondas, con cuidado para que no se queme, ya que estropearía el sabor del coulant.
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Añade a la mezcla el chocolate y la mantequilla (a temperatura ambiente). Cuando esté bien mezclado, añade la harina y el cacao en polvo.
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Utiliza un molde (los de silicona resultan muy fáciles de desmoldar) y rellénalos dejando un dedo sin masa, ya que crecerán.
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Mete los moldes durante una hora en el congelador para que se vuelvan más compactos. Puedes dejarlos por varios días o incluso semanas, o utilizarlos ese mismo día, a tu elección.
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Cuando quieras cocinarlos, solo has de precalentar el horno a 180º e introducir los moldes. Basta con hornearlos durante 12 minutos. Ten en cuenta que lo importante, y la delicia del coulant, es que el chocolate que queda en el interior se mantenga líquido, por eso no has de pasarte con el tiempo de horneado.
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Saca los moldes del horno y saca los coulants de sus moldes con cuidado de no quemarte. Es un postre que se come caliente, por lo que, has de calcular los tiempos para servirlo de inmediato.
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Para los más golosos, está la opción de poner azúcar glas por encima o cacao en polvo. Puedes servirlo acompañado de una bola de helado, te recomendamos que sea de vainilla para así mezclar sabores.
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