El congelador cumple una función esencial en cualquier cocina. Aclarada la obviedad, existe un matiz importante en su uso. Cada vez que abres el frigorífico desperdicias un 7% de energía.
Deja enfriar los alimentos antes de introducirlos en la nevera y descongela los alimentos en ella, así aprovechas su frío. Tenlo lleno, pero con espacio para que el aire circule entre los alimentos.
De esta manera, ganas doblemente en eficiencia: tu factura disminuirá y el frigorífico alargará su vida útil ante la ya archiconocida obsolescencia programada.
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