Muchas veces repostamos combustible como quien compra agua envasada. Convertimos una práctica casi semanal en un acto instintivo al que no prestamos demasiada importancia. Nos da igual una marca que otra. En muchas ocasiones, nos guiamos por mitos y prácticas erróneas.
Quién no ha oído que el agua engorda si la ingerimos mientras comemos. Pues con las gasolineras ocurre algo parecido. Algunas creencias son ciertas y pueden ayudarnos a ahorrar combustible o a mantener el coche en mejor estado. Sin embargo, otras afirmaciones son totalmente inútiles y falsas.
Aquí detallamos unas cuantas leyendas, algunas con base científica y otras… ¿Dictadas por un chamán?
Mejor acudir por las mañanas. Lo más favorable para los vehículos es repostar con temperaturas no muy altas. De ahí que sea mejor hacerlo temprano o a última hora. La gasolina es más densa y de mejor composición con temperaturas bajas. Durante las horas más calurosas del día, la gasolina se expande y puede tener más presencia de burbujas.
No repostar cuando rellenan los tanques. Verdadero. Cuando la gasolinera está siendo abastecida, por muchos filtros que utilice la empresa, es inevitable que el carburante tenga un volumen de sedimentos o suciedades mayor que una vez reposada.
Más octanaje con aditivos. Las gasolinas con mayor octanaje generan menos explosiones en el interior de los motores y, por consiguiente, su funcionamiento resulta más eficiente. Aunque muchos defienden que los aditivos elevan el octanaje, la realidad es que estos complementos actúan como detergentes, colorantes y oxigenantes, pero no pueden influir en los octanos.
La edad del coche pasa factura. Error. Si no presenta fugas o daños en el sistema de inyección o en la válvula del combustible, gastará lo mismo que uno nuevo. Lo importante es que esté revisado periódicamente.
Apurar el depósito perjudica al vehículo. Verdadero. Está claro en los coches diésel, pero también se puede aplicar a los que circulan con gasolina, ya que apurar el depósito provoca que el vehículo absorba los sedimentos que se acumulan en el fondo, así como burbujas de aire que también perjudican al motor. En el caso de los vehículos diésel, los problemas resultan más graves porque las impurezas pasan al sistema de alimentación y se dañan los inyectores o la bomba de inyección -notará tirones, falta de rendimiento…-.
Los cambios de velocidad bruscos aumentan el consumo. Verdadero. Si tu forma de conducir es acelerada y mantienes las revoluciones de tu vehículo por encima de 2,5, acostúmbrate a repostar muy a menudo. Para conseguir ahorros considerables, la conducción tranquila y pausada es la mejor aliada.
En VENTAJON queremos que ahorres a lo grande. Utiliza tu tarjeta VENTAJON en las gasolineras asociadas y cada vez que repostes en ellas acumularás un 2% de descuento en efectivo solo para ti. Consulta en Guía de ventajas la estaciones asociadas.
No sabía que era mejor acudir por las mañanas. Bueno, una cosita más apuntada. ¡Muchas gracias!