Todo el mundo quiere lucir una sonrisa perfecta, pero pocas personas están preparadas para someterse a un tratamiento de ortodoncia tradicional, sobre todo por el dolor y las incomodidades que provocan los brackets convencionales.
Para hacer frente a esta situación llegó la ortodoncia invisible, una obra de ingeniería dental que ya se ha convertido en el método más demandado en las clínicas dentales de nuestro país.
Probablemente esta no sea la primera vez que leas sobre la ortodoncia invisible. Sin embargo, todavía existe mucho desconocimiento respecto a esta práctica, que cada vez presenta más ventajas y beneficios en los pacientes.
La principal es que no requiere alambres metálicos ni gomas elásticas. Lo único que se necesita son los alineadores, que pueden extraerse a la hora de comer o lavarse los dientes, por lo que no interrumpen la vida diaria. Están hechos a medida y son mucho más cómodos que la ortodoncia tradicional, por lo que muchas personas ni se percatan de que los llevan puestos.
Te contamos a continuación algunas de las razones por las que la gente se decanta cada vez más por este método:
- Estética. Estos aparatos son prácticamente imperceptibles, de manera que son una solución mucho más estética a la vista que los brackets tradicionales.
- Mejor limpieza e higiene bucal. Cepillarse los dientes es mucho más fácil y rápido, ya que se pueden poner y quitar fácilmente. Además, no resulta un imprevisto a la hora de ingerir cualquier tipo de alimentos, ya que se pueden remover fácilmente, reduciendo significativamente las posibilidades de almacenar suciedad en nuestra boca.
- Efectividad. Los aparatos tradicionales pueden requerir hasta 5 años para ajustar los dientes, tiempo durante el cual deben utilizarse día y noche y tolerar cualquier molestia que pueda surgir. Sin embargo, los alineadores invisibles presentan resultados a corto y medio plazo, con un tratamiento que puede oscilar entre los cuatro y 18 meses.
- Menos visitas al dentista. Después de que el especialista adapte los alineadores invisibles en función de las necesidades del paciente, el siguiente paso es cambiarlos de acuerdo con la frecuencia acordada. No es necesario asistir a consulta de forma frecuente para realizar ajustes, tal y como sucede con el tratamiento de ortodoncia convencional.
- Adiós al dolor. Es muy frecuente relacionar a los brackets tradicionales con el dolor. Por este motivo, otra ventaja de la ortodoncia invisible es que prácticamente no sentiremos molestia en su aplicación. Además, tampoco son un problema a la hora de realizar deporte o cualquier otra actividad que requiera especial cuidado con nuestra dentadura.