Solo ingredientes naturales: pollo, cebolla, almidón de patata, sal y especias.
Si reemplazas las carnes rojas por las blancas, reduces tu huella de carbono.
Las albóndigas de pollo deben saber a pollo. Por eso hemos elegido un sazonamiento ligero para que se distingan todos los sabores naturales. Aún así, el sabor evoca el de las albóndigas de ternera o de cerdo.
Del congelador a la mesa en pocos minutos. En el horno, en el microondas o en la placa; elige cómo prepararlas.
Prepara la cantidad que te sirve y deja el resto en el congelador.
Se pueden disfrutar de varias maneras y son una alternativa a las clásicas albóndigas de carne.
Sabrosas tanto frías como calientes. Sugerencia: pártelas por la mitad y cómetelas en un sándwich.
Puedes crear un bufé con albóndigas de carne, de verdura, de pollo y de salmón. Para todos los gustos.